¡Una Rosquilla en San Valentín!

¿Qué hace una Rosquilla en San Valentín? ¿Salir a repartir azúcar por el mundo? ¡Pues va a ser que no!

Ni me acordaba que era el día del super amor, amoroso hasta que visité amor en la red (esto os lo cuento otro día), y allí estaba uno de mis amigos hablándome del consumismo y esas cosillas.

Después llegó mi madre con unas plantitas y un libro: " Manual de la perfecta cabrona" para cada una de las solteras de la casa (mi hermana, mi abuela y yo).

Dónde quedará aquella fiesta que celebré en Italia con invitaciones en forma de corazón (poesía incluida), la casa llena de corazones, ¡los invitados vestidos de rosa o rojo y la comida en forma de corazón!

Esta vez, a falta de alguien en quién pensar, me puse mi traje de aquellos malos que maltrataban a E.T y con un coleguilla me tiré toda la tarde raspa que te raspa el gotelé, al son de Kiss F.M. Desde luego lo tengo claro, hoy radio olé. Me dieron la tarde haciendo un repaso de muchas de las canciones que me recuerdan a los que me da pereza recordar, pero ya recordados, hice un recorrido por los regalos amorosos de mi vida.

Mi primer regalo fue una notita de amor a escondidas en un libro de texto de un compañero, con mi profe de cómplice para dejarla en la hora del recreo, y mi primera decepción cuando la rompió nada más leerla. Sin problema, a los dos días ya me gustaba otro, la infancia es una maravilla.

A mi primer novio formal le regalé una camisa, si, si, era una camisa muy buena que me costó una pasta, pero ¿cómo se puede regalar una camisa en San Valentín? Éramos tan bakalas, yo con mis plataformas, mi raya blanca en el ojo, y mi coleta alta. Mi super chuski con la super camisa que yo le había regalado.

Nuestro siguiente regalo de aniversario, a los dos años, fueron unas alianzas de oro, la cosa se ponía seria, nos las dimos en un camping, con un vecino psicópata que abría las tiendas y decía: ¡¡Vienen los charlies!! Definitivamente mi vida es una comedia. 

Redecoré mi vida y mi siguiente regalo, con distinto destinatario fue un librito en miniatura de chistes , con frases mías escritas en los márgenes. En realidad odio los chistes, nunca sabré cómo se me ocurrió esta idea. 

Este me duró un telediario y la tendencia siguió así mucho tiempo.

Podría recordar una gran noche de velitas, pero mejor lo dejamos.

Así llegamos a mi último regalo amoroso, un libro escrito y creado por mi, con cómics, relatos compuestos de fragmentos de canciones especiales, escritos y otras cosillas que me convirtieron en escritora de mi primer libro "El librillo"

De todos los regalos me quedo con este.  

¿Decepcionada?¿Triste? Veamos que trae en el futuro la marea.
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