Las celebraciones de nochevieja son ideales de la muerte y según las edades, los sufrimientos varían. Que conste que algunos son acumulativos, así que no me resisto a hacerme una categoría.
Cuando eres pequeño, pequeño, es todo fantástico. Te acuestas más tarde, la familia junta, tus primos por ahí polulando, te sueltan una propinilla, no hay cole y queda muy poquito para los Reyes.
Pero, ais, de repente llega la pre-adolescencia, esa edad con la que todavía no te dejan salir. Quedarte toda la noche con la familia empieza a ser algo coñacito, la familia empieza a vacilarte preguntándote si te gusta algún niño/niña, pero sin embargo tienes que quedarte en casa, mientras ves como tu tíos jovenzuelos, o tus hermanos o tus primos mayores, se van de fiesta monísimos de la muerte, mientras tú te quedas a jugar al bingo o viendo el especial fin de año. Esa etapa en la que eres mayor para esto, pero pequeña para aquello. No pasa nada, ¡es cuestión de tiempo!
Y el tiempo pasa y te conviertes en una adolescente, con el tabaco escondido en el bolso y pegada al móvil. Enhorabuena, por fin puedes salir y pasarte diez días buscando un vestido ideal, para descubrir que tu amiga va más mona, que el chico que te gusta al final no sale, que las barras libres solo sirven para estar pegada dos horas a la barra y cuando te toca que se les ha terminado el hielo, para que te poten en las macrofiestas, pasarte tres horas en el baño haciendo cola... Esta es la etapa extremo, esa en la que todo es una puta maravilla o todo es un puto drama.
Y de repente te haces mayorcita y empiezan esos marrones de ¿cenamos con tu familia o con la mía? No llego a comprar la pata de cordero. ?Para qué voy a arreglarme si es una noche más? ¿Por qué no me habré arreglado aunque sea una noche más?
Luego te haces más, más mayor y echas de menos a los que no están, pero te alegra estar con los que te rodean, te acercas feliz a esa bandeja llenita de turrones, pero antes de alcanzarla tu nuera te la retira de las manos, recordándote que tienes azúcar.
Y antes de darte cuenta, sea cuál sea tu categoría, estas comiéndote las uvas pensando en no atragantarte y cuando todo acaba, miles de besotes de uva te felicitan el nuevo año. Un año más.
¿Y qué me dices de las listas de propósitos del Año Nuevo????Eso..., eso meejor después de la resaca del garrafón de nochevieja no? je je je
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