Ele! comenzamos!
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El viaje empezó planeando unas vacaciones con el vuelo más barato, así que la cosa terminó en 8 días en Marsella, hasta que se nos cruzó el cable y echando cuentas decidimos que una rutita por la costa francesa, era mucho mejor. Cambio de hoteles y hecho.
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Volar con Ryanair siempre te da el primer gran momento de los viajes, ese en el que pesas tu maleta en el aeropuerto y viendo que te pasas de kilos optas por la opción a--> rellenar el equipaje de mano. O la opción b---> ponerte lo que puedas.
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El segundo gran momento nos lo dio el aeropuerto de Marsella, con una pista de aterrizaje que se mete tranquilamente en el mar y te hace preguntarte porqué motivo no dejaste el bikini a mano.
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Al llegar a Marsella comienza la supervivencia. Yo hablo muchos idiomas: castellano, vallekano, italiano, lenguaje formal, madrileño... pero mis dos cursos de francés en el colegio no dieron mucho de sí, y mi inglés, aunque más del que me suponía, no pasa del indio. Así que preguntar en 3 negocios por los detalles del alquiler, os juro que fue una experiencia por la que exijo mi monumento al lenguaje corporal y el batiburrillo idiomático.
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Una vez conseguido el coche, nuestra primera meta fue Frejus, un bonito pueblo costero en el que lo único que vimos fue el hotel (qué queréis, era ciudad de paso)
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(Nos alojamos en el hotel Atoll, 52 € habitación doble, con parking incluido)
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El hotelito no estaba mal, con una salita de desayuno muy cuca, con gente tranquila y con espacio para no comer pudiendo pinchar el croissant del de al lado (esto lo entenderéis unos post más allá)
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Y hasta aquí despegue y Frejus!
La verdad es que volar con Low Cost es un coñazo con lo chiquitines que son los asientos, con la entrada en el avión....
Pero desde lugo da unos momentazos geniales jajajaj!!
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