Nada recomendable: The Buggiba Hotel. Malta

Entre hoteles, albergues, camping, hostales y el suelo de varias ciudades, con cama a modo de cartón, no reconozco uno más lamentable que The Bugibba Hotel en Malta.¡La crême de la crême de la dejadez hotelística! y conozco muchos, muchos, muchos.

¿Que le falla al hotel? No se por donde empezar sin tirarme escribiendo una hora, así que resumiendo.


La cordialidad de sus recepcionistas y su efectividad: Exceptuando la recepcionista española, a las demás deben cobrarlas por sonreír.

Que si no sonríen y trabajan bien, a mi como si llevan máscaras de luchadoras, pero la palabra desagradables y maleducadas, a algunas se les queda muy corta. De hecho si mi inglés estuviera al nivel argot, a más de una podría haberla explicado que significa "que no me vaciles que te arremoño guapa".
Ejemplos básicos: que el checking sea de 2 a 3, que a las 4 vayas a preguntar y la tía, con cara de no haber ido al baño en un mes, te diga: "Que no es mi problema, que te sientes en el sofá a esperar". Que pidas una manta y tengas que bajar 3 días para conseguirla. Que durante tres días les digas que el baño está roto, y que después de once días en el hotel ni Peter suba a arreglarlo.



Las habitaciones: Fuimos con una oferta bastante barata (que en otros hoteles no significa menos calidad), pero lo que no esperáramos es que por ejemplo, no funcionara el baño. Creo que uno de los básicos imprescindibles de la habitación, junto a tener camas. Pues eso, el baño perdía agua, después de quejarnos varias veces de que hacía charco lo solucionamos poniendo una toalla debajo. Y además la cisterna como no cogía agua no funcionaba, así que con aguas mayores, once días llenando barreños para vaciar el báter. Cosa que tampoco le venía mal para limpiarse un poco, porque la capa de mierda (y perdonarme la expresión, que hablando de un báter es muy gráfica) que tenía, era acojonante.


La ducha no tenía presión, cosas que pasan, sobre todo cuando se sale el agua por la alcachofa, por el grifo, por la goma....

De la televisión que tenía que haber en la habitación ya ni nos molestamos por preguntar, y
de que el enchufe del baño tampoco funcionara, pasamos olímpicamente.
De lo que si que nos quejamos es de que hubiera dos camas en lugar de las tres que le correspondían.


Limpieza y servicio de habitaciones: Yo en mi casa no me hago la cama todos los días ni de coña, así que aquí como en casa, no hicieron las camas hasta el quinto día. Y además la hacen como yo los días que no tengo visita, así como estiradilla. De cambiar las sábanas , creo que ni hablamos.



Las toallas si las cambiaban cuando las echabas a lavar, aunque era un riesgo, porque lo mismo echabas a lavar tres y solo te devolvían una, lo que suponía volver a quejarte en recepción, y disfrutar del amor y compañía de sus trabajadores incansables.

Y lo que es más grave, no saber si la toalla que te iban a traer limpia estaría aún más sucia de

la que había echado a lavar, porque el color blanco no lo conocen en ese hotel. Eso si, que les gusta un lunar, todas las toallas con sus lunarcitos amarillos de vete a saber que. De lavar el baño, en once días, once, ni hablar tampoco.


Almacena como puedas: ¿Necesitas una mesa, una silla? Deben estar jodidillos de sitio, porque los pasillos están llenos todos los días de colchones y camas, cunas, sofás rotos, sillas, las sábanas sucias, carrito de la limpieza....



Servicios generales e instalaciones: Del wifi nos olvidamos, no les quedaba ¿¿??, las hamacas de la piscina medio rotas todas, la mitad de los ascensores no funcionan, el patio interior que se supone que es un rincón idílico, abandonado, las paredes llenitas de desconchones...



Que funcione el aire acondicionado, que no se oigan el ruido de las cañería
s como si estuvieras en una cascada, o de que las ventanas de la cocina tengan persiana, para que no entre la luz de la piscina, nada, que son lujos.




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