Despedida de soltera completa!!

Las despedidas de solteras son un mundo, desde una cenita normal hasta boys , despedidas de chicas, de chicos, de grupos mixtos...

Yo soy partidaria de hacer dos, una de chicos y chicas y una mixta, que las novias y los novios también tienen amigos del otro sexo. Eso sí, lo que no soporto es acabar en un boys o con una pol** en la cabeza. 

Así que para la despedida de Marichuche preparamos un planazo, que ya lo quiero yo si algún día se alinean los planetas y acabo pasando por la vicaría.

Lo más importante era que la novia no se enterara de nada, así que nos compinchamos con el novio, que es un santo, para que planeara la escapada, después de unos 2.000 mails de gestión interna, por supuesto.

Y la novia se encontró de repente en Madrid, con sus amigas y con una gymkana que casi nos mata de agotamiento.

Lo primero fue un masaje. Que te den un masaje mola, que casualmente sea un chico y la novia no sepa si estamos de coña y lo que le vamos a dar es un masaje, o le hemos contratado un streaper o cualquier otra frikada, ya es la leche.

Bien, ya estamos relajadas, pues carretera y manta hasta un pueblecino de la sierra donde teníamos reservado el restaurante. Con el desparpajo de Patry que en un segundo decoró la mesa con unas preciosísimas flores de plasticamen que había en la ventana, y con los calores que nos caían cuando descubrimos que con las costillas para seis, podíamos comer dos semanas. ¿Os acordáis de las costillas que le plantaban a Pedro Picapiedra en el coche? Pues lo mismo.

Salimos a la carrera a conocer la casa rural en la que íbamos a dormir. Monísima...con su jacuzzi, su maderita, su patio. Dejamos las mochilas y seguimos a la carrera, con la novia suplicando por un vaso de agua y con el resto al final de la tarde arrepintiéndonos de no haberla hecho caso y haber bebido.

Carreterita, carreterita y sesión de piragüismo. Mención especial para Marta y para mí, que en la carrera nos llevamos el oro. Y después del palizón olímpico, conseguimos arrastrarnos hasta el coche, algunas mejor que otras, mención especial para Debora que sufrió pisotones, placajes e incidentes varios :)

Llegamos a una terracita en quién sabe donde a tomarnos algo fesquito, aunque puedo prometer y prometo que me hubiera bebido un consomé con el frío que hacía.

Más relajaditas, llegamos a la casa y diréis, y llegó la calma. Pues no, es lo que tiene que seis chicas tengamos que arreglarnos en solo una hora y con un solo espejo. Lo mismo no sois capaces de comprenderlo, pero os aseguro que es complicado.
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